Deber de buena fe: saber cuándo ha sido violado

Posted on Abr 1, 2016 by Ryan Sprouse

El deber de buena fe suele estar sujeto a interpretación en los tribunales. No existe una jurisprudencia establecida ni una visión ampliamente adoptada de lo que constituye la buena fe. Sin embargo, el deber de buena fe se acepta universalmente como algo que deben cumplir los directores y funcionarios en sus funciones corporativas. Sin embargo, existen algunos casos universalmente reconocidos por los tribunales en los que la conducta va más allá del alcance del deber de buena fe. Como director o funcionario de una corporación, debe evitar estas situaciones.

El primer caso de violación del deber de buena fe es actuar con un propósito distinto al de promover los intereses de la corporación. Esto es un reflejo del deber de lealtad. Si un director o funcionario antepone sus intereses, no hay forma de que pueda valerse de la buena fe al afirmar que actuó de esa manera. Por lo tanto, actuar en beneficio de intereses distintos a los de la corporación significa que la acción queda automáticamente fuera de la protección de la buena fe.

Otro caso de violación del deber de buena fe es actuar ilegalmente. No importa si el director o funcionario cree que la acción sigue siendo en el mejor interés de la empresa o si cree que la ley debería ser revocada. Hay dos categorías principales en las que una acción es ilegal en el contexto corporativo y un funcionario o director puede intentar afirmar que sigue siendo realizada de buena fe. La primera es cuando dicha acción crea responsabilidad penal por parte del gerente corporativo, y la segunda es cuando surge responsabilidad penal por actos ilegales de empleados bajo su control, incluso si no se ejerció poder directo. La responsabilidad penal de cualquiera de los dos tipos de actor está fuera del deber de buena fe.

Por último, un tercer ejemplo de mala fe es cuando un actor corporativo deja de actuar intencionalmente ante un deber conocido de actuar. Esto significa que si el actor corporativo sabía de una situación que requería una reacción y no reaccionó, actuó de mala fe. Una reacción es necesaria en ciertas situaciones en las que la corporación enfrenta una crisis, y la falta de reacción en sí misma constituye mala fe.

En resumen, los directores y funcionarios de una corporación deben ser conscientes de ciertas acciones que bajo ninguna circunstancia están permitidas. Esto incluye actuar con un propósito distinto al de promover los mejores intereses de la corporación, actuar ilegalmente o no actuar cuando se lo requiere. Si usted es accionista de una corporación, debe comprender estos deberes que le corresponden. Si siente que un actor corporativo ha actuado de mala fe, es posible que pueda presentar una demanda en su contra para compensar el daño causado. Llame hoy mismo al bufete de abogados Trembly al (305) 985-4581 para programar una consulta.

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