En blogs recientes, hemos intentado transmitir el hecho de que la formación de contratos puede ser bastante compleja. Hemos tratado de comunicar esto explorando los matices de los elementos contractuales (es decir, oferta, aceptación, contraprestación, legalidad, capacidad y redacción), así como otras teorías que informan el derecho contractual. Los dueños de negocios deben dedicar al menos una cierta cantidad de energía a aprender los conceptos básicos de la formación de contratos. Hacerlo puede tener un impacto grave en la carrera empresarial de una persona. En esta publicación, vamos a explorar otra doctrina que tiene que ver con la ejecución de contratos aparentemente incompletos: la preclusión promisoria.
La doctrina de la preclusión promisoria, también denominada en algunas fuentes como “confianza perjudicial”, existe desde hace muchas décadas y ha guiado las opiniones en muchos casos. Básicamente, la preclusión promisoria proporciona un medio para que se cumpla un contrato incluso cuando el elemento de contraprestación es inadecuado o inexistente. En otras palabras, en la superficie, los acuerdos que se cumplen mediante la preclusión promisoria técnicamente no son contratos vinculantes; pero los tribunales han decidido que no cumplir estos acuerdos produciría resultados inequitativos. Exploremos esta doctrina con un poco más de detalle y luego examinemos un caso destacado que utilizó esta idea.
Los elementos de la preclusión promisoria
Como se mencionó, la preclusión promisoria entra en juego cuando se tiene un contrato que está incompleto en apariencia. Considere este escenario hipotético: el dueño de una empresa hace una promesa a un cliente potencial. Los términos de la promesa no están completamente definidos, por lo que no hay necesariamente una «oferta» real, ni hay un intercambio de contraprestación. Pero sería razonable que el cliente potencial confíe en la promesa hecha por el dueño de la empresa. El cliente confía en la promesa y luego sufre un perjuicio como consecuencia. ¿Cuál debería ser el resultado de un escenario así? Si dijéramos simplemente que la ausencia de un contrato aparentemente válido es determinante, podríamos terminar con un resultado injusto. La preclusión promisoria se puede utilizar en estas situaciones para producir un mejor resultado.
Hay cuatro elementos que deben estar presentes antes de que una persona pueda intentar utilizar esta doctrina: (1) debe haber una promesa, (2) confiar en dicha promesa debe ser razonable, (3) una persona confía de hecho en la promesa, y (4) esa persona sufre un perjuicio como consecuencia directa de esta confianza. La presencia de estas cuatro cosas puede desencadenar la preclusión promisoria. Si los dueños de negocios dominan esta doctrina, pueden evitar una gran cantidad de situaciones potencialmente desagradables.
Ejemplo de caso: Greiner v. Greiner (1930)
Veamos un caso que involucraba la preclusión promisoria para tener una idea más clara de esta idea. Un caso famoso que utilizó este concepto fue Greiner v. Greiner (1930). En este caso, una mujer le hizo una promesa a su hijo de que le regalaría una gran extensión de tierra si se mudaba y ocupaba el terreno. El hijo se basó en la promesa, se mudó de su ubicación actual y comenzó a ocupar el terreno. Posteriormente, la mujer intentó recuperar la posesión del terreno de su hijo. Afirmó que, aunque hizo una promesa, la comunicación entre ella y su hijo no constituía un contrato válido. Finalmente, el hijo prevaleció. El tribunal determinó que la doctrina de la preclusión promisoria impedía a la mujer recuperar la tierra de su hijo. La razón de esto es que el hijo se basó en la promesa en su detrimento. El hijo pudo quedarse con la tierra, a pesar de que no intercambió ninguna contraprestación por la tierra (aparte de su compromiso de mudarse).
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Los dueños de empresas deberían poder ver el valor de comprender la preclusión promisoria sin demasiada dificultad. En pocas palabras, esta doctrina tiene el poder de convertir sus promesas en acuerdos ejecutables, según las circunstancias. Comprender este concepto puede ayudarlo a comprender mejor las implicaciones completas de su comunicación con empleados, clientes potenciales y otros profesionales. Si desea obtener más información sobre este concepto crucial, o si desea asesoramiento sobre un tema contractual específico, comuníquese con Trembly Law Firm hoy mismo . Llámenos al (305) 985-4581 y uno de nuestros talentosos abogados de derecho comercial le responderá de inmediato.
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